El sector agropecuario (SA) encierra para la economía cubana una importancia significativa y estratégica. Las razones fundamentales por las cuales el SA resulta decisivo y estratégico, radican en: sector primario de la producción de alimentos con destino a la población y la rama ganadera, industria procesadora, y sustituto para la reducción de las importaciones de alimentos. Además en su efecto multiplicador, encadenamiento productivo-valor y dinamizador directa e indirectamente, con los diversos sectores que conforma la estructura de la economía del país.
La posición geográfica de la República de Cuba la ubica en una zona económicamente estratégica en cuanto a sus relaciones comerciales con sus vecinos de América del Norte, el Caribe y América Latina en toda su extensión. Sin embargo dicha posición geográfica y condición de Isla, se encuentra sometida a constantes riesgos, tales como: severas sequías, fuertes lluvias e inundaciones, huracanes y afectaciones por el cambio climático (ver Gráfica 1).
IMPORTANCIA ECONÓMICA DEL SECTOR AGROPECUARIO CUBANO
Una de las consideraciones importantes del SA como sector primario es su aporte en la producción dealimentos y materias primas para las industrias dependientes y derivadas. La alimentación es condición de vida indispensable para el ser humano; el SA aporta aproximadamente el 35–40% de las calorías y el 35– 37% de las proteínas totales diarias que consume la población; genera y encierra una alta potencialidad en la creación de ingresos por la vía de los fondos exportables; emplea directamente cerca de la quinta parte de la población económicamente activa (PEA, 4,6 MM). De lo anterior se puede deducir que la economía familiar de unos cuatro millones de cubanos depende directamente del desempeño de la actividad agropecuaria.
Puede contribuir sustancialmente a la sustitución de importaciones de alimentos y reducir de forma significativa la actual dependencia alimentaria externa (anualmente se importan cerca de 2.0 mil millones de USD en alimentos).
Es un sector generador de energía renovable y no contaminante a lo largo del sistema agroindustrial cañero, dando lugar a un balance favorable entre la emisión y absorción de CO2, contribuyendo con ello favorablemente a la conservación del medio ambiente. A la vez generador de energía eléctrica, biocombustible y biogás, a partir de fuentes renovables, dando lugar a importantes ventajas económicas, sociales, territoriales y ambientales (capaz de generar 8 unidades por unidad de energía consumida). A partir de la agroindustria cañera, se obtienen múltiples subproductos y derivados con alto valor agregado.
El SA reúne una elevada experiencia y nivel de conocimientos prácticos y científico-técnicos, acumulado y trasladado de generación en generación. Estos importantes resultados científicos se han potenciado en los últimos 50 años. También ha desarrollado experiencias sobre las formas de producción cooperativa, que sin duda constituye una fuente de conocimiento más y punto de referencia importante para las formas cooperativas que se proyectan desarrollar en el resto de los sectores productivos que conforman la estructura económica del país, de acuerdo a los Lineamientos de la Política Económica y Social (LPES).
El cooperativismo bajo diversas modalidades se presenta como la forma empresarial productiva más representativa del SA. El SA se sustenta en 6 formas productivas empresariales: UBPC, CPA, CCS, Privado, Usufructuario (83% vinculado fundamentalmente a las CCS) y Estatal (Ver Cuadro 1). Las más importantes son las CCS y el privado, las cuales producen el 78% de la producción total de alimentos de origen vegetal (no incluye caña de azúcar), con el 18% de la tierra 1 (ver Anexo 1). También producen entre el 65–66% de la leche de vaca, 75% del fríjol, 63% del arroz, 85% del maíz, 84% de la carne ovinocaprino, 64% de la carne de ave y el 32% de la carne de cerdo.
El uso de la tierra por tipo de cultivo y utilización se muestra en el Cuadro 2. La calidad de los suelos se presenta en el Cuadro 3.
Resulta oportuno señalar la importancia que encierra el suelo, como medio de producción fundamental del SA, el cuidado y preservación del mismo. No obstante la calidad de los suelos en la agricultura cubana, tan solo el 33,2% clasifica como muy productivo y productivo, lo cual demanda una adecuada conservación y mejora de los mismos (Cuadro 3).
EVOLUCIÓN Y FORMAS DE TENENCIA DE LA TIERRA EN LA AGRICULTURA CUBANA, 2008–2017
Atendiendo a lo estratégico e importante del SA, es que se inicia por este Sector la implementación de una serie de medidas encaminadas a la actualización del modelo económico cubano, inclusive antes de la aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social (LPES abril 2011). Desde el 2007 hasta el presente se han implementado una serie de medidas encaminadas a la búsquela de soluciones y a la reactivación de este importante sector, que conduzca al incremento de la producción, sustitución de importaciones de alimentos, ampliación y desarrollo de fuentes de energía renovable y a la generación de excedentes para incrementar la exportaciones de bienes. A partir de ese instante se han implementado más de 22 medidas entre Leyes, Decretos-Leyes y Resoluciones, con vista a reactivar la producción agropecuaria.
La medida más importante ha sido la entrega de tierras agrícolas ociosas (sin cultivar) bajo condiciones de usufructo a personas naturales y jurídicas. A partir de 2008 la tenencia de la tierra en Cuba registró y continúa registrando importantes transformaciones:
- Debido a la entregas de tierras fundamentalmente a productores privados (personas naturales), y en menor medida a personas jurídicas (cooperativas: CCS, CPA y UBPC). Los Decretos-Leyes 259 y 300 constituyen el sostén legal, jurídico, que respalda este proceso, aún no finalizado, bajo las condiciones de arrendamiento (usufructo) establecidas en dichos Decretos-Leyes.
- Se avizora la emisión de un tercer Decreto-Ley que se supone:
- Prolongue el plazo de entrega de la tierra actualmente ociosa a los productores privados hasta 20 años y a las personas jurídicas sería de forma Tal extensión reduciría de forma importante el grado de incertidumbre a que están sometidos los beneficiados.
- Se plantea que el nuevo Decreto-Ley también comenzaría a implementar el cobro por el arrendamiento de la tierra entregada.
- Se prevé el cobro de impuestos por la tierra entregada que no se haya cultivado en correspondencia con el contrato inicial y se mantenga ociosa.
Cabe señalar que durante el 2007 fueron detectadas aproximadamente unos 2.3 Millones de hás ociosas, iniciando las entregas de las mismas a partir de 2008. El disponer de una extensión significativa de tierras ociosas resulta contraproducente, por cuanto la economía cubana requiere de importaciones anuales de alimentos cercanos a los 2.0 mil mm de USD, teniendo presente que muchos de ellos puede ser producidos nacionalmente bajo condiciones de competitividad y con ello reducir sustancialmente la vulnerabilidad alimentaria y dependencia alimentaria externa de la economía cubana.
De los 10 millones 988,4 há de superficie total, unas 6 300,175.57 há son Áreas Agrícolas (Balance de suelo y tenencia de la tierra, 2017). Estas se encuentran ocupadas por:
- Cultivos temporales: 1 151,131.3 há de
- Cultivos permanentes: 1 454,230.64 há de los cuales 972.5 M há de caña de azúcar y 59.7 Mhá con marabú)
- Ganadería: 3 694.480.0 há
- Forestas: 3 339,359.4 há
El proceso de entrega de tierras ociosas, hasta inicio del 2018, había posibilitado distribuir 1 451,347.0 há (ver Cuadro 4), y se estima un potencial de tierras ociosas disponibles de unas 900,0 mil há, con posibilidades a distribuir 400,0 mil há más.
La entrega de tierras a personas naturales hasta el presente es por 10 años y hasta 13.42 há, mientras que a las personas jurídicas es por 25 años, renovables ambos. El nuevo Decreto-Ley, que se avizora, prevé extender el periodo del contrato, y además la cantidad de hás a entregar a las persona naturales hasta 67.1 há. La tierra entregada bajo condiciones de usufructo hasta 2017-principio 2018, la composición por personas, edad, situación laboral, y sexo se aprecia en el Cuadro 5.
La entrega de tierras bajo condiciones de usufructo, conduce a cambios estructurales importantes aunque es una condición necesaria pero no suficiente, por cuanto esta importante medida debe ir acompañada de toda una serie de decisiones complementarias y sistémicas, que faciliten y consoliden los resultados.
El análisis de los resultados productivos, muestra que esta importante decisión motivó crecimiento en algunas producciones, a partir del 2012 (ver Gráficas 2 y 3 y anexo 1) particularmente en producciones de: tubérculos y raíces, hortalizas, fríjoles, arroz, carne porcina, maíz, frutales tropicales y plátano. No obstante resultan insuficientes y se mantiene una demanda insatisfecha.
La economía cubana se ve precisada a realizar significativas erogaciones en divisas, para importar alimentos, aumentando con ello su vulnerabilidad alimentaria (ver Anexo 2). Un breve análisis sobre la disponibilidad alimentaria (Disponibilidad = producción nacional + importaciones exportaciones), motiva a algunas reflexiones al respecto.
Dentro de la canasta de productos seleccionados como representativa del consumo interno (ver Anexo 3) se observa una alta dependencia alimentaria de los alimentos importados (60–64% aproximadamente). Teniendo presente las transformaciones iniciadas en el SA, sobre la base de la continuidad, profundidad y velocidad requerida, en la implementación de las actuales y de nuevas medidas, sin duda darán lugar a la utilización de las potencialidades productivas, que encierra dicho sector. Lo anterior puede contribuir notoriamente a reducir la alta dependencia alimentaria externa actual y es de esperar que la misma se reduzca a niveles entre 35–40%.
RETOS INMEDIATOS PARA EL SA
Resulta apropiado señalar una serie de retos inmediatos de alcance actual y perspectivo, que el SA cubano requiere afrontar, entre ellos los siguientes:
El SA requiere de un importante proceso de recapitalización y modernización. Para ello se necesita desarrollar un importante proceso inversionista a partir de fuentes de financiamiento nacional, la banca Multilateral de Desarrollo, la inversión extrajera, estas dos últimas como elemento dinamizador y significativo, donde las cooperativas, usufructuario y privado desempeñen un papel directo y activo.
A la vez el SA necesita la implementación de los resultados científico-técnicos y la innovación, alcanzados y por alcanzar, aplicando métodos novedosos participativos desde la base o territorio, incluyendo nuevos métodos de gestión económica. Ello contribuirá de forma importante lograr resultados creciente y sostenible, bajo condiciones de competitividad y eficiencia económica.
Hasta el presente es el SA donde se están realizando una de las transformaciones estructurales de mayor impacto en la economía cubana. Las transformaciones que necesita la economía cubana y el sector agropecuario en especial, necesitan de la creación de una nueva cultura gerencial.
El nuevo modelo de gestión económica (ver Gráfica 4), requiere la creación de una nueva cultura de gestión en el SA cubano, y la formación de empresariosemprendedores, con la finalidad de elevar la eficiencia y competitividad de los actores sociales vinculados a la base productiva, considerando a los decisores.
Sin duda se requiere de inmediato un programa de capacitación, sobre la base de un enfoque sistémico del individuo que se proyecta capacitar hacia el emprenderismo. Además comprender la interrelación con el sistema científico-técnico e innovación que se implemente.
El nuevo modelo de gestión económica empresarial, sin duda requiere tener presente los riesgos que encierra toda gestión económica y en particular los propios de la producción agropecuaria (eventos hidrometeorológicos, cambio climático). Teniendo presente que el riesgo en la agricultura se presenta como una variable importante, no coyuntural, y afecta los resultados en lo agronómico, económico y financiero. En la medida que la variable riego sea concebida como parte importante de la planificación efectiva y la gestión, para prever, aminorar resultados no deseados, y no sea considerada como elemento que encubra deficiencias del proceso a lo largo del encadenamiento productivo.
El SA ha sido uno de los sectores, en el que tradicionalmente se han aplicado métodos administrativos verticales y rígidos (elevada centralización, dando lugar a la creación de un pesado aparato burocrático), en la dirección y gestión.
La verticalidad en los territorios supeditadas a una estructura Institucional, no facilita las relaciones horizontales entre las diferentes formas productivas agro pecuarias. Lo anterior constituye una preocupación y argumenta la necesidad de buscar vías de intercooperación, entre dichas formas productivas.
El nuevo modelo de gestión económica para el SA debe lograr la solución de al menos tres aspectos aún no resueltos:
- Lograr la realización de la propiedad 2 (aunque se han dado pasos en este sentido, aún es insuficiente). El actual modelo de gestión económica vigente en el ciclo producción-distribución-cambio-consumo, no logra la realización de la propiedad.
- El reconocimiento de la existencia real y objetiva del mercado, en complementariedad con la planificación. Conjugar los intereses empresariales, de los consumidores o clientes y socials.
- Aplicación del enfoque sistémico (a lo largo del ciclo producción-distribución-cambio-consumo, costo-sistema de precio y la necesaria interrelación con la macro y microeconomía). Encadenamiento productivo-valor.
Se aboga dentro de los retos por la intercooperación entre los sectores cooperativos, el privado, usufructuario y otras formas productivas, según resulte lo apropiado, de acuerdo a cada territorito donde se desempeñe. Un proyecto de Apoyo a la Intercooperación Cooperativa (APOCOOP), de investigación-desarrollo se está realizando bajo los auspicios de la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores (ANAP), en cuatro municipios en cuatro provincias (ver Gráfica 5).
La intercooperación como modalidad que parte de la necesidad del propio desarrollo de las fuerzas productivas, en cada territorio debe ir en busca de formas superiores de organización productiva que consolide la presencia y decisiones de los productores a lo largo del encadenamiento productivo-valor, hasta inclusive rebasar los límites territoriales e insertarse en las cadenas Globales de Valor Externas (CGV).
Lo anterior encierra como objetivos proyectados y efectos esperados lo siguiente:
- Mejoramiento económico de los integrantes de la intercooperación
- Encauzar políticas a favor de formas superiores de gestión del cooperativismo sumando a otras formas productivas:
- creación de una base conceptual y metodológica
- sistematización de las experiencias piloto. En la Provincia de Artemisa (Güira de Melena), se está desarrollando una interesante experiencia, derivada de la intercooperación, encaminadas a la descentralización de la comercialización de las producciones agrícolas. Tres cooperativas agrícolas (Antero Regalado CCS, Frank País CCS y Ubaldo Díaz CPA), del Municipio señalado se encadenan y abarcan todo el ciclo producción-distribución, hasta el mercado minorista en La Habana que pertenece a las tres cooperativas. Llevan a cabo estudios de la demanda-mercado, por producto por meses en el año, determinando espacios no cubiertos por la oferta, y análisis de posible sucedáneos (más de 38 productos agrícolas). Lo anterior propicia que los niveles de producción por surtido se ajusten a la demanda (mercado), es decir un proceso interactivo entre en la demanda (mercado) y los planes de producción. Esta experiencia derivada de las transformaciones, intercooperación y encadenamiento productivo-valor, en el SA cubano se caracteriza por:
- Surge desde la base como necesidad propiciada por el desarrollo de las fuerzas productivas, por cuanto las relaciones económicas-sociales en los territorios demandan nuevas forma que faciliten el necesario desarrollo de dichas fuerzas.
- El encadenamiento productivo-valor es realmente lograble, a partir de la intercooperación entre cooperativas en los territorios, lo cual y por lo general suele rebasar los límites geográficos del municipio e inclusive hacerse extensivo hacia el exterior (CGV).
- Esta experiencia constituye encadenamiento productivo-valor, hasta la comercialización directa, una alternativa prometedora y sienta bases para encauzar una vía hacia formas superiores de organización agrícola.
- La intercooperación que lleva a vías de hecho el proyecto APOCOOP constituye el marco adecuado y propicio, para dichos encadenamientos (productivo-valor), bajo una nueva concepción de ganar-ganar, para todos.
- Conlleva un impacto económico-social significativo, eliminando intermediarios innecesarios con la consecuente disminución de los costos y precios minoristas.
- Encaminada a lograr sistematicidad y diversidad en la A la vez proyecta el beneficio y procesamiento industrial, agregando valor y obteniendo alimentos inocuos.
COMENTARIOS FINALES
Los retos y desafíos que afronta el sector agropecuario cubano requieren sin duda tener presente las consideraciones, resultados de investigaciones científico-técnicas en lo económico-social, tecnológico y de métodos de gestión empresarial, y estudios y valoraciones de las experiencias de países exitosos en el tema de la gestión empresarial moderna y resultados obtenidos por dichos países en sus respectivos procesos de transformación económica. Así mismo teniendo presente lo señalado por nuestro Apóstol José Martí: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas” 3.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Anuario Estadístico y Demográfico, ONEI, 2016, 2017.
ANAP, Información, 2018.
Balance de suelo y tenencia de la tierra, Boletín No. 5, 2017, Dirección de suelo y control de la tierra MINAG.
Lineamientos de la Política Económica Social (LPES), VI Congreso PCC Cuba, abril 2011.
Sector Agropecuario: Indicadores seleccionados, ONEI, mayo 2018.
Martí, J. “Nuestra América,” ensayo aparecido en enero de 1889. Obras Completas. Tomo 8. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
Martí, J. La cuestión agraria y la educación del campesino. La Habana: Editorial Lex, 1959.
Nova, A. La agricultura en Cuba. Evolución y trayectoria (1959–2005). La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2006.
Nova, A. El modelo agrícola y los lineamientos de la política económica y social en Cuba. 2da edición. La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2015.
Nova, A. El cooperativismo en la economía cubana, pendiente de publicación, 2017.
Nova, A., Prego, J.C. y Robaina L. “La Intercooperación entre Cooperativas Agrícolas en la actualización del Modelo Económico Cubano,” Revista SciELO (FLACSO) www.revflacso.uh.cu, 2017.
Prego, J.C., Nova, A. y Robaina L. “Formas de integración cooperativa y sus principales técnicas de realización. La intercooperación cooperativa” Revista SciELO (FLACSO), www.revflacso.uh.cu, 2018.
ANEXO
- La información estadística hasta el presente no registra por separado la producción generada por los usufructuarios, es decir la misma por lo general se encuentra incluida junto a la producción de las CCS y Privado.
- El derecho del productor de poder decidir qué debe producir, a quién vender lo producido, a qué precio, el acudir a un mercado de insumo, medios de producción y servicios, para comprar los medios necesarios y en el momento oportuno, a precios en correspondencia con los precios recibos por la ventas de su producto final (encadenamiento productivo-valor), con el objetivo de lograr el cierre exitoso del ciclo productivo. Teniendo presente los requerimientos económicos–sociales.
- José Martí, “Nuestra América,” ensayo aparecido en enero de 1889.
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